En un  principio, sorprende por lo espectacular que puede ser un texto proyectado a gran escala sobre las paredes de un edificio o cualquier otro espacio público. El tamaño del texto se impone logrando capturar la atención. Pero, además, el texto está cargado de una significación y un valor literario que puede mantener la atención y afectar a quien lo lee. Esta es una estrategia que funciona en varios sentidos. Por un lado, hay una resignificación del espacio público al irrumpir de manera sorpresiva y por otro, hay una resignificación del soporte libro.

Jenny Holzer, aritsta norteamericana, trabaja con el texto en varias de sus piezas, son sus proyecciones realizadas en diversas ciudades del mundo las que encuentro significativas para este estudio geoliterario-visual. Aunque muchos de sus textos están basados en las estructuras publictarias con el fin de disturbar y agitar, en otras ocasiones recurre al poema para expresar su inconformismo o su exaltación desde otras narrativas y son estos textos los que proyecta en los espacios urbanos.